Los perros (1992, traducción 2008) - Cuento de navidad

Érase una vez un perrito pequeñito
En el momento de la siesta.

Llaman a la puerta,
El perrito abre.

Es un gran perro que vende productos de perro
Y pregunta, perrito, ¿dónde está tu dueño?

Es un dueñito pequeñito que no compra
Ninguno de esos productos para perro.

Y casi disculpándose dice: Señor Perro grande
Lo que necesito no son productos de perro

Ni de perrito
Sino productos para dueñito.

Entre el invierno y la muerte (diario de un enfermo). p. 32

¡Vaya!
Ahí estás. De nuevo libre, es decir viudo. Inocente lleno de imposible. En la noche persigues el río. En el río persigues la noche el Invierno sueñas a gritos tan desesperados ¡Tan desgarradores! Tu compañera ha muerto, y te crees libre, es decir entre el invierno y la muerte.

Fidedignidad

- Pareces convencida, plenamente convencida. Y de aquí no se ve nada. Ni flores, ni mar, ni playa. No se ve ningún velero.

- Alguna ventaja habrá a guardar así tu mano entre las mías.

*

Con sus manos frías, con sus vestidos negros, mis rodillas la apretaban tan fuerte tan fuerte

- ¡Qué manía! ¡Mil veces te he hablado de la dicha de las gaviotas! La de las golondrinas, y la de los vencejos… Pájaro tras pájaro, todos temen las miradas.

- ¡Siéntate! Me llama la atención la ternura que se atreve durante el sueño. Si ya viajó de noche, no servirá de nada colocar esa sortija de oro al sol.

Hoy no hay nadie en el café de Elvira, el frío es total.

No estamos al abrigo de la verdad.

Nada nos protege. Quiero decir

que no hay que contar

con el grito

ni la ausencia

ni con nadie que nos lea las cartas

y nos traduzca el contenido.

Aquí estamos solos

y no son las sombras que parecen acompañarnos

otra cosa que un fingir de labios

y de luces.

Libros dicen : que el azul tiene duendes en el alma

Amaneceres de perros brumosos
Perros de tardes negras
Sueños de grises perros
Y auroras de perros muertos.

Porque errantes sin collar de perros
Atados con cuerdas como nudos
Corredizos de ahorcados
Todos esos buenos perros atados

Que sueñan con correr en pastos
Amplios pastos durmientes
En donde galopan en libertad
Efímeras sombras de potros salvajes.

Itinerario interior o viaje a pájaros prohibidos

Este último invierno no pude alcanzarte, resbalaba. Acostumbrados a la sed, sin espera alguna, cada día reanudamos la existencia. Necesito un cáliz lleno de rostros. Con el incalculable número de esperanzas que ahí se asoman… Deletrearemos la ruta a pasos sencillos, uno por uno. Nombraremos los pájaros presentes en la ventana. Guardaremos nuestro clásico estado de estrellas.

Mirando al cielo

El ritmo del viento se ensombrece.
- Si la luna nos cae encima,
Todo lo perderemos,
Todo.

Y el crepúsculo será
como una vela grande
en donde sólo
sopla el tiempo.

(pero, nueva esperanza, nueva)

Todo se veía hermoso a través del cristal

Cuando se deshacen
Las luces de la noche.

Aburridos. Estamos aburridos ya de tanto esperar.
No vendrá nadie y tomamos la dirección del amanecer.

Inquietos, miramos atrás.
En la fortaleza en donde estábamos prisioneros
Desde un improbable tiempo esperábamos la nieve.
Pero nadie vino.

A los lejos hay

Tonos azulados, grises de tabaco
Y dorados serán los dientes de las nubes.

-

(Acabaré detestándome,

miserable intruso que nadie llama)

El primer azul: en un lugar donde no espero

-

Aquí, en donde estoy,
Me llegan cartas.
Cada una la abro con cuidado
Y la leo lentamente,
Antes de colocarla en el montoncito de las cartas.
Hay cartas que relatan cuentos.
Hay cuentos de verdad
Y otros de locura.
Hay corduras que me hieren la mirada


-